viernes, 7 de septiembre de 2012

Afirmando el culo con música infernal

Al parecer de eso se trata esto de ejercitarse en un gimnasio. Montarse en una bicicleta estacionaria y sudar como en temascal salvaje. El otro día hacía eso: mover el culo al vaivén del pedaleo demente, el instructor chiflaba y decía uno, posición tres, yo que sé qué decía, tenía la música a todo volumen, con un Queen mezclado con reguetón, así que tenía qué adivinar.
Jamás en la vida pensé escuchar algo así, sin salir a quemar las bocinas con kerosene.
Aguanté toda la clase, luego corrí en una banda. Luego hice pesas. Halterofilia, para  legos. Es decir, queridxs amigxs, esa fue mi maratón. Dos horas de puro ejercicio que llevaron mi alma a un estadio endorfínico de lo más lindo. Me volví adicto. Me siento joven. Esto me recuerda a las drogas duras. Lo siento mamá, el ejercicio me recuerda a una vida yonqui, mira tú qué bien.

1 comentario:

  1. para haber aguantado esa clase de primas a primeras es porque tenés muchas reservas de calorías que quemar! animo animo animo!!! si se puede si se puede

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